Cuando crees que ya está todo el pescado vendido y te dispones a marcharte a casa después de estar toda la noche en la discoteca, siempre pasa algo que te obliga a quedarte y ese algo normalmente es conocer a la golfilla de turno que te ha echado el ojo y quiere follarte. Este tipo tuvo mucha suerte el fin de semana pasado, mirad la gordita que conoció in extremis…
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